El pasado sábado santo, tras mucho suplicar a los míos, por fin iba a ir a la playa adaptada con mi madre. Decidimos ir a la playa de Las Vistas, en Los Cristianos, pues este núcleo costero ha sido reconocido con el premio Reina Sofía de accesibilidad, otorgado a Arona, su municipio… Y bueno, a nosotras nos gusta pasar el día allá.
Para los isleños ir al sur de la Isla desde el norte es toda una aventura (una hora de coche); así que previamente llamé al centro de información turística para confirmar que ese día funcionaba el servicio de baño adaptado, como siempre hago antes de este “viaje”. Ese servicio permite que te lleven y te traigan del mar con sillas anfibias, como he publicado otras veces, y soy consciente de que los técnicos que trabajan en ello están en huelga porque llevan 8 meses sin cobrar, pero, a pesar de ello, a veces lo siguen prestando. El centro está en el mismo paseo de la playa, así que salieron a preguntar y me confirmaron que sí.
Tras la aventura de buscar aparcamiento, salir con todos los bolsos (mi madre es alemana y yo todo un desastre) y una silla plegable, e ir hasta la playa, vemos que este servicio no estaba funcionando, y otras muchas personas en silla, que demandaban este servicio, esperaban por ello y miraban desconsolados el mar, la mayoría aparcados en la sombra.
Mi madre fue a preguntar a la Cruz Roja y le dijeron que no iban a dar el servicio como medida de protesta, cosa lógica, pero no entendí cómo me lo confirmaron sabiendo que veníamos del norte; así que sorprendida me grabé este vídeo:
Parece ser que ellos trabajan para una empresa privada que está en quiebra, y el Ayuntamiento de Arona les ha pagado, pero claro… No llega el dinero… ¿No podría contratar a estos técnicos el Ayuntamiento?, porque así se está dejando una estampa lamentable en un núcleo urbano que ofrece este servicio a los extranjeros con problemas de movilidad. Hay que pensar que en el mismo paseo se encuentra Vintersol, una clínica especializada en tratamientos de rehabilitación intensiva, y un poco más lejos Marysol, un aparthotel que dispone de terapias y tratamientos, especialmente diseñado para las vacaciones de personas con discapacidad y sus familias y amigos. Y ambos ofrecen también este servicio en la playa… Arona, es, irónicamente, el municipio mejor adaptado de Europa, y esto es únicamente por el núcleo costero de Los Cristianos. Y con este problema… Menudo ejemplo estamos dando.
Para tratar de que esto se solucione todos los usuarios deben de reclamar y denunciar: pueden hacerlo en el S.A.C (servicio de atención al ciudadano de Arona), llamando al 010, o directamente en el Ayuntamiento de Arona… Esperemos que se tomen medidas para este verano.
Y yo si no cuento esto reviento, pero es que me molesta mucho que me falten al respeto y me tomen el pelo, y mucho más estando con mi madre.
Fuimos a poner una reclamación adonde había llamado, y a quejarme por la jugada que nos habían hecho. Uno de los técnicos me dijo que bueno, que en un ratito sacarían una de las sillas durante un rato. Yo, toda emocionada, le di las muchas gracias y fuimos enseguida a la arena para colocar todos nuestros bártulos, me coloco en la silla, con mucha dificultad y con ayuda de los playeros que estaban al lado –cosa que también hacen en el trabajo de este servicio–. Y ya estábamos preparadas, mirando con visión de cernícalo hacia donde sacaban la silla, esperando impacientemente… “estarán comiendo”, “tal vez han de esperar a alguien”… Menos mal que mi madre se bañó, porque ella no quería mientras me veía toda achicharrada, y trajo una botellita de esas con spray para refrescarme y quitarme los chorros de sudor –tan previsora ella–…
El rato se convirtió en dos horas… Me preguntaba: ¿Por qué todas estas miles de personas que tengo delante se pueden bañar en el mar y yo no?, todos pueden caminar y tienen movilidad, yo no puedo por tener una enfermedad que me lo impide. Estoy más que acostumbrada a encontrarme con espacios vedados para mí, con la desintegración social y todo este tipo de historias, pero es que fuimos a una playa accesible y confirmándome que estaba adaptada ese día, ¿por qué nos recortan también este derecho?…
Volví a presentarme en el centro de información, esta vez por la sucia jugada que me volvieron a hacer… Por lo menos podría haber venido alguien para avisarnos, y decir: “Mira, María, que al final no vamos a poder porque una nave espacial abdujo la silla anfibia”, que sé yo, cualquier excusa…
Soy usuaria de esta playa y de este servicio desde hace años, y todos saben la gran dificultad que tengo al moverme… Me molestó y mucho, pasará mucho tiempo antes de que vuelva a ir.
Lo siento, María. Recuerdos a tu madre.
Un abrazo.
Miguel-A.
Indigante!