Seminario Tegueste 2011 Programa Definitivo (1)Este jueves 27 de octubre de 2011 participaré en
el VII Seminario sobre senderismo temático, valorización del patrimonio y
desarrollo local; que se viene desarrollando estos últimos años en el municipio
de Tegueste. Participo como Geógrafa y Escritora. Este año la temática del trasfondo
de este seminario es muy especial. Por fin comienza a tenerse en cuenta que el
Senderismo también es Integración, y esto es porque ya mucha gente lo ha
comprobado.
La temática del Seminario es “Senderismo
Compartido”, el senderismo como instrumento para la inclusión social.
El conocimiento de este tipo de senderismo aunque
se va divulgando poco a poco, las demandas de personas que estamos interesadas
en practicarlo es cada vez mayor. Por ello necesitamos una mayor divulgación y difusión,
para que más personas que tengan dificultades físicas a la hora de practicarlo,
puedan beneficiarse de los grandes valores que nos aporta. Y por ello este tipo
de seminario me parece maravilloso, y estoy segura de que se seguirán
realizando. El tema de la inclusión para las personas con discapacidad avanza
en esta sociedad muy despacio, pero se avanza; y eso es lo importante. Con pasitos
como este, con este seminario, TODOS deberíamos sentirnos orgullosos.
El “Senderismo compartido” es un proyecto
realizado por la Asociación “Montaña para todos”, que trabaja en la Isla de
Tenerife desde el año 2009. Esta Asociación participará en el seminario, y
comunicarán todo el procedimiento necesario para poder experimentarlo y las
condiciones necesarias para el funcionamiento de la JOËLETTE, que es la silla
especial con la que los senderos imposibles para nosotros, se conviertan en
posibles. (La que se ve en la foto, y también lo pueden consultar en www.mptodos.org)
Yo participo por la tarde, espero. Y por la noche
en la salida nocturna por el municipio (habrán joëlettes). Hablaré de mi
experiencia con el senderismo compartido que comenzó en el 2004, año arriba año
abajo.
Estoy dolorida y espero poder aguantar, ¡¡querer
es poder!! Pego en esta entrada una de mis experiencias que narré en mi libro,
en el capítulo LOS CAMINOS DE LO POSIBLE ;), donde hablo de todo el proyecto de
p a pa; y adjunto en la entrada el programa del Seminario:
-Me cuesta imaginármelo. Hoy voy a ir de excursión a ver el Volcán de Fasnia. A lo
largo de mi carrera, constantemente se hacían salidas de campo para estudiar el
territorio, y yo nunca pude ir. Ojalá hubiesen aprobado este proyecto mucho
antes, ¡entonces ahora sería una Geógrafa completa!.- pienso mientras espero en
casa a que vengan mis amigas para subir todos juntos.
Felipe y yo estamos esperando a que lleguen Arancha y Pino, esta salida es su examen
práctico. Han pasado dos fines de semana haciendo unos cursos para saber como
funciona la Joëlette y hoy van a hacer la demostración.
Llegamos tarde, ¡cómo no!. En el coche vamos los cuatro
contentos por lo que vamos a hacer. Estoy un poco apurada, llamo a mi hermana
Dácil y a Roberto, que también vienen, y también llegan tarde. Hemos quedado
todos en un mirador de las Cañadas del Teide. Llamo a Blaise y me dice que ya
están llegando todos en la guagua. Sé que ellos tardan bastante en bajar, armar
las joëlettes y en prepararse todos, así que le digo una mentirita: -¡nosotros
también estamos llegando!…
Por fin llegamos al punto de encuentro. El grupo aún se
está preparando para la caminata. Esperamos un poco para estar todos listos. No
es el mejor día para mí, porque me duele bastante la espalda y voy a pasar
cuatro horas sentada transitando por terrenos accidentados. Pero es tan
increíble que me da igual, vienen mis amigas y mis hermanos. Valdrá la pena…
En esta salida las cuatro joëlettes van ocupadas. ¡Qué
bien!, a la anterior salida que fui iban dos vacías porque los usuarios
confirmados, a última hora no pudieron ir, por lo visto. ¡Qué desperdicio!,
estas excursiones son como un regalo para las personas que no podemos caminar,
o para los que no puedan mucho. Arancha y Pino arman la Joëlette que voy a
usar, demostrando saber lo que están haciendo. Me subo y… ¡Vámonos!
La Joëlette está compuesta por una sola rueda ancha, un
sillón, elementos de seguridad y dos brazos hacia delante y hacia atrás –a
simple vista parece una carretilla-; se necesita un equipo de personas
compuesto por un pasajero (persona con cualquier tipo de movilidad reducida) y
varios pilotos (acompañantes que pueden caminar y estén dispuestos a compartir
un momento de disfrute en la Naturaleza). Somos cuatro usuarios a bordo de las
sillas fantásticas: mi colega Jose Juan, y dos niños pequeños, Bruno y
Víctor; y unos veinte acompañantes
voluntarios.
Pasamos por unos caminos que jamás
pensé que llegaría a ver, no dejo de admirar el Teide desde un ángulo que nunca
antes había visto. Ahora tenemos que pasar por unos caminos más complicados,
estrechos, con unas bajadas y subidas muy empinadas y entre arbustos. Poco a
poco, entre todos logramos atravesarlos. A mi me late aprisa el corazón
mientras los arbustos me dan suaves latigazos en la cara. Nos paramos ante la
última subida decididos a subirla de carrerilla, justo unos centímetros antes
de llegar a la cima nos paramos, a los pilotos se les van resbalando los pies e
intentan reunir fuerzas hasta con las orejas!… Hasta yo intento hacer fuerzas
aunque no tenga éxito!-. ¡Y lo logramos!
¡Me siento aventurera!
Al pasar estas curvas con subidas y bajadas,
suspiramos riéndonos aliviados, sorprendidos al ver el alcance de este
artilugio. Comprendiendo que, gracias a éste, lo imposible se ha vuelto
posible. Así que seguimos con una
sonrisa pegada a la cara por unos terrenos que de nuevo están ahí y disponibles
para mí. Pero la tierra resbala y Arancha, que dirige mi Joëlette, se resbala a
cámara lenta…
-¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhh!!-
gritamos todos. Pero sólo ha sido un susto, porque no llega a caerse, ni yo con
ella, y nos estabilizamos rápidamente.
Llegamos al camino que nos llevará
directos a ver el Volcán. Vamos todos admirando el paisaje, charlando y
pensando en nuestras cosas. De pronto siento un picotazo en la parte de atrás
del cuello…
-¡Es una abeja!- grito incrédula.
Blaise viene corriendo y con su botiquín de primeros auxilios me quita el
aguijón y me cura la picadura. De repente vemos como una nube de abejas se nos
echa encima… Mi hermana Dácil, que va agarrando mi Joëlette, llama gritando a
Felipe para que la sustituya. Cuando llega ella sale disparada, corriendo y
saltando -le dan pánico las abejas-. Pino está parada contemplando la
situación, creo que no sabe qué hacer. A Arancha la merodea una abeja por la
mochila y empieza a correr diciéndole a Pino:
-¡Corre, Pino, corre!
Veo anonada como Arancha y Pino también salen
corriendo como balas. A Pino le picó una debajo del ojo y a mi hermano tres por
la cara y el cuello…
-¡Corre, Feli, corre!-, voy diciendo
porque nos hemos quedado atrás…
Corremos o, mejor dicho, me llevan
corriendo hasta el camino que pasa por el Volcán de Fasnia. Llevamos más de
tres horas caminando: a muchos les han picado abejas y queremos seguir la
marcha rápidamente para voltear la zona. A un par de compañeros las
picaduras no les están sentando nada bien, que digamos, y se les está empezando
a hinchar la cara… En estas aparece un todoterreno por la misma pista por la
que habíamos venido. Son los apicultores, que enseguida nos dan unas pastillas
de Urbason –antihistamínico- y se ofrecen para lo que haga falta. Se llevan a
los que peor están hasta el punto de destino.
De
esta manera nos dimos cuenta del porqué del ataque de las abejas: mientras ellos
estaban recogiendo la miel de los panales nosotros pasábamos por ahí, y por eso
eran agresivas con nosotros…
Esto
de los panales en Las Cañadas es una tradición que no deja de sorprenderme… En
los meses cercanos al verano es cuando florecen las retamas y otras muchas
flores en el Parque Nacional –a más de 2.000 metros de altitud-, y desde
siempre los apicultores, en esos meses, suben los panales para hacer la miel
con esas flores de las Cañadas… Riquísima, por cierto
Hacemos una pequeña parada donde aprovecho
para dar unos pasitos y estirar un poco los músculos. Seguimos.
Me giro de vez en cuando para ver el
Volcán. No dejo de pensar en que ojalá hubieran existido estas sillas cuando
hice la carrera… Espero que no tarden mucho en adquirir algunas para la
Universidad.
Ya de nuevo en el mirador, mi hermano
descorcha una botella de vino: “Flor de Chasna” y le ponemos la guinda a
nuestro nuevo día aventurero.
Mery
María, ya veo, que, tras el bache, comienzas otra vez a estar en foma. Me alegro.
Te felicito por tu participación en el seminario, y deseo é ito.
Un abrazo.
Miguel-A.